Ella está casada con un chico muy majo que se llama Sam y que es enfermero. Tienen un bebé de solo ocho semanas precioso, que se llama Elías.
Ha sido muy bonito ver como Daniel y Elías se preocupaban por el bebé y le cuidaban. El chiquitin lleva mal los viajes en coche, y Daniel le ponía la manita en la barriguilla para tratar de calmarle. Elías le cantaba y le cogía la manita siempre que podía y no paraba de pedir cogerle en brazos. Son unos soletes.
Amy vive en un apartamento muy mono, pero chiquitin, por lo que nos han alojado sus abuelos. Tienen montado un apartamento en lo que sería el sótano, y hemos estado a nuestras anchas. Teniamos un dormitorio doble, lavabo con yacuzzi, sala de estar-comedor y cocina. La verdad es que es la semana que mejor he dormido de todas las que llevamos ya.
Los abuelitos, Roxie y Sam, han sido como si fuesen nuestros propios abuelos. Nos han dado mimos y atenciones, abrazos... no me esperaba tanto calor humano y les estoy muy agradecida, les recordaremos con mucho cariño.
Amy nos venia a recoger a diario. Pero la verdad es que hacía tanto frío que lo que hicimos fue básicamente ir a centros comerciales con parques infantiles y cenar en casa de sus padres. Las veladas con ellos también han estado genial. Katie, la hermana de Amy, nos tocó algun villancico en el piano y los niños jugaron con sus viejos juguetes y se lo pasaron genial.
Ahora seguimos camino hacia el este, estaremos en Charles City con mis abuelitos espirituales. No tengo mucho tiempo para poder actualizar el blogg... ho sento!


